lunes, 18 de mayo de 2009

Despertares

Eran las 4:42 am cuando abrió los ojos, en el momento no lo sabía pero era exactamente la misma hora a la que despertaba todas las mañanas, se encontraba boca abajo sobre una cama que no reconocía, sobre una alguna vez blanca sábana que en el momento desprendía un desagradable olor a cigarrillos y humedad, la cabeza le retumbaba como una horrible resaca y el cuerpo le resultaba tremendamente débil. Se rasgó los ojos cerrados con los puños tratando de adaptar la vista a la poca luz de la mañana y dirigió sus ojos a su reloj, celebró el haber visto algo familiar en este ambiente, el viejo reloj Casio digital completamente negro con cristal líquido color verde intenso. A grandes esfuerzos decidió levantarse de esa desconocida cama e inmediatamente después miró sus manos con los dedos extendidos totalmente pálidos y de uñas delicadamente cuidadas, estiró sus brazos y agitó la cabeza en un intento por incorporarse. Miró alrededor de la habitación tratando de averiguar donde estaba pero fue inútil, no reconocía lo mas mínimo de ese cuarto de paredes de ladrillo oscuro con pisos de madera vieja y carcomida, la poca iluminación que se infiltraba por una pequeña ventana en la parte superior de la pared posterior le dio la oportunidad de encontrar un viejo mueble que funcionaba como almacén de polvo y maquillaje de mala calidad, a su frente un gran espejo ovalado de aproximadamente metro y medio de altura por un metro de ancho con una pequeña pero perturbante línea descontinua en la parte inferior que distorsionaba el reflejo, emprendió la marcha hacia el espejo y al situarse frente a él el reflejo provoco una conmoción intensa, el reflejo de la persona frente a él no le era familiar, ni remotamente conocido, ese hombre pálido de ojeras oscuras y profundas, de ojos negros y cejas bien cuidadas, de cabello oscuro de sobresaliente calidad estética era un total desconocido…

Al salir deprisa de la habitación se encontró con los primeros destellos de la mañana en una calle que no conocía, de una colonia que no recordaba, de una ciudad que no sabía existía y peor aún… en el cuerpo de alguien que era extraño a su razón, instintivamente caminó por la calle de banquetas anchas de bloque color gris oscuro, con bancas metalicas garygoleadas estilo gótico de color metal oscuro, cada diez metros aproximadamente se encontraban algunos árboles que en algun momento debieron de haber florecido pero en el momento eran completamente desnudos de cualquier hoja o fruto. A los pocos pasos casi al llegar al final de la acera escuchó el grito familiar de un voceador anunciando las noticias que la noche anterior fueron impresas, las primeras horas de ese oscuro y nublado clima ya tenía a gente laborando y se acercó hacia él con intencion de comprar un periódico para averiguar donde es que se ubicaba, se sintió un poco aliviado al escuchar poco a poco mas intensamente los gritos del muchacho vendedor de periódicos al entender que utilizaba su mismo idioma, aceleró el paso con la tensión que cada segundo incrementaba, las pesadas botas negras que llevaba no ayudaban a hacer esto sencillo sin embargo no calmaba la marcha. Al paso de unos cuantos momentos estuvo frente al muchacho, mejor dicho niño que al parecer oscilaba entre los diez u once años con facha sucia y mal cuidada, intentó hablar y pedirle un ejemplar pero el dolor en los pulmones lo hizo recapacitar rápidamente, en vez de eso decidió señalar con su mano izquierda levantando solo el dedo índice indicando al pequeño su deseo de hacer la compra, feliz por la primer venta del día el chico desató uno de los diarios con suma rapidez del resto y estiró la mano con la palma hacia arriba- Cinco pesos señor- dijo el pequeño, con el dolor del pecho todavía cobrandole una cara cuota introduce sus manos en su bolsillo para percatarse que no tiene moneda alguna, lleva su mano izquierda a la bolsa trasera de su pantalón hecho a la medida de pana negra y extrae una cartera de piel oscura de diseñador que no reconocía alguna vez haber adquirido, con su otra mano la extendió apresuradamnte y antes de encontrar dinero sucedió algo que lo dejó paralizado… una identificación de algún hospital privado de nombre ¨Ángeles de la Esperanza¨ con su foto y la leyenda Dr. Jhon Paul Hunter…

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